Paralelas en la medicina
Cuando la concepción misma de la vida, la filosofía, la cultura, la religión, la lengua, la política, etc. son diametralmente opuestas, nos encontramos en una disyuntiva que nos confunde.
Si nos ponemos a analizar respecto a la medicina, la concepción de salud, la enfermedad, la vida y la muerte son diferentes; cuando la causa de la enfermedad y hasta el tratamiento son totalmente diversos, no se puede pensar en un trabajo en salud “coordinado”.
Parecería que los puntos que se acercan circunstancialmente son paralelas que nunca se tocan y si llegan a tocarse sólo es para confrontarse o para dañarse. Nuestra esperanza es que lleguen a tocarse en más de un punto y se construya un puente de interculturalidad sobre el cual pueda transitar una buena salud para la gente.
Por lo general se afirman cosas razonables, que porque están expresadas desde diversos enfoques, parecen inaceptables. Por ejemplo, si alguien viaja por tierra de noche en el altiplano boliviano y en una parada sale del bus una persona por unos minutos para estirar las piernas. Regresa al mismo con un fuerte dolor en la cara, al día siguiente acude al centro de salud. En el centro de salud hay dos médicos; un médico occidental y un medico tradicional.
El primero le dice al paciente tienes una “neuralgia facial”. El segundo, que no habla bien el castellano, le dice: “Lo que pasa es que te ha dado el aire” Nos preguntamos ¿Quién tiene la razón?.
El médico se ha referido al efecto “Neuralgia facial” quiere decir: “Dolor de nervios de la cara”. El medico tradicional se ha referido a la causa, tú salida de un ambiente caliente, al aire helado ha provocado ese dolor. ¿Por qué no hacer siempre ese pequeño esfuerzo por entendernos?
Hay que promover el dialogo para un cambio de actitud
Tiene que haber un mutuo respeto. Una inter-relación digna entre diferentes. Un diálogo y comunicación permanente.
Es labor de los involucrados en el manejo de la salud, ejercer de mediadores, formadores e informantes, y no simples espectadores en estos conflictos, ofreciendo soluciones similares a las que se toman en la problemática de “género”: Aceptar las diferencias primero y luego establecer un diálogo entre iguales, donde cada parte tiene los mismos derechos y las mismas oportunidades; prescindiendo de lo que nos divide, respetando las diversidades reales y, en este caso, buscando el objetivo común de una mejor salud para los pueblos.
¿Cómo podríamos buscar soluciones?
Primero es reconocer que ya existen experiencias acumuladas de esfuerzos aislados pero al fin esfuerzos, que han apuntado a la articulación, complemento y convergencia de los dos fundamentales modos de hacer salud en Bolivia: la Medicina occidental y la Medicina tradicional de los diferentes grupos, culturas, etnias o nacionalidad dentro del País.
¿Por qué no replicar las experiencias ricas de algunos sitios de Bolivia?: La Cruz Roja (Redención Pampa) Chuquisaca, PRODECO (Proyecto Desarrollo Comunitario) en Chuquisaca Centro, CIMES (Centro Integral de Medicina Social) en Potolo Distrito No. 8 del municipio de Sucre y el municipio de Poroma en Chuquisaca; Puerto Pérez, Cohoni-Chanca (Illimani) en La Paz, Tiraque, Punata y Rakaypampa en Cochabamba, También Vallegrande. Ojalá no fueran experiencias fugaces ligadas muchas veces a muy pocas personas.
También pudiéramos imitar experiencias muy valiosas de: México, Guatemala, Brasil, Paraguay o Perú, la India, la China, y varios países de África en ese sentido? La OPS/OMS tiene abundante información en estos aspectos.
Algunos atisbos de esperanza
Analizando la realidad de hace 25 años, creemos que se están dado pasos de esperanza, hubiera sido imposible pensar en los “Encuentros para la Enseñanza de la Medicina Tradicional en las Universidades”. Bolivia es uno de los países de América que aceptó formalmente la vigencia de las Medicinas Tradicional.
No olvidemos que hoy en día la interculturalidad en la medicina boliviana es una política de Estado. la Medicina Tradicional fue tenida en cuenta desde hace mucho tiempo atrás en la Atención Primaria. Era imposible pensar en estudiar las Plantas Medicinales y ahora se realizan esos estudios en diversos Institutos dependientes de Facultades de Farmacia, Bioquímica y Química. De hecho hay equipos de investigadores y laboratorio bien implementados.
Se han estudiado más de 1200 plantas medicinales en el Instituto Boliviano de Biología de la Altura investigando la cura de muchas enfermedades y otras 900 en los Institutos dependientes de las Facultades de Farmacia, Bioquímica y Química de la UMSA, en los últimos años.
Hay grupos de médicos y personal de salud, especialmente los “salubristas”, que muestran una apertura notable que en las circunstancias actuales hay que aprovechar. También hay una conciencia de los propios límites y la necesidad expresa de complementación en muchos de los médicos tradicionales expertos en curar.
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