El tratamiento con láser permite evitar la cirugía por hemorroides

hemorroies.jpgPuede utilizarse para los grados dos, tres e inclusive cuatro de esta patología, que se caracteriza por las molestias generadas tanto al evacuar como al sentarse o caminar.

La enfermedad hemorroidal, conocida popularmente como hemorroides, es la afección proctológica más frecuente. De hecho, se estima que el 50 % de las personas mayores de 40 años la padecen en algún grado.

Si bien en muchas ocasiones se presenta en forma leve y por ende se alivia sólo con cambios de dieta y la administración de cremas de manera local, los casos moderados a severos suelen requerir cirugía.

Por esa razón, la posibilidad de utilizar láser, mediante un procedimiento mínimamente invasivo, ambulatorio y de alta seguridad y eficacia, representa un importante avance en su tratamiento.

Entre las principales ventajas de este nuevo procedimiento, que puede utilizarse en todos los casos más severos, se cuentan que es ambulatorio y mínimamente invasivo. Esto permite que el paciente se reincorpore rápidamente a sus actividades cotidianas.

EXPLICACION. “En líneas generales, el método láser, que corta por calor y en el cual esta herramienta se utiliza como si fuera un bisturí, puede utilizarse para todos los grados de enfermedad hemorroidal que antes requerían cirugía. Es decir, grado dos y tres, e inclusive el cuatro. Para el grado uno por lo general no se utiliza porque es un hallazgo, se ve poco”, explicó en diálogo el doctor Ricardo Adolfo Wainstein, médico especialista en Cirugía y Proctología y miembro de la Asociación Argentina de Cirugía y Fellow del Colegio Norteamericano de Cirujanos.

“El grado dos corresponde a las hemorroides que se salen al evacuar pero vuelven a introducirse solas, mientras que en el tres es el propio paciente quien debe ‘ayudar’ para volver a introducirlas. En ambos casos, al igual que en el cuatro, se indica la resolución quirúrgica o actualmente mediante láser debido a las molestias y la sintomatología permanente.

Contrariamente, en los casos más leves, no suele haber indicación quirúrgica, sino que se recurre al tratamiento médico que consta de la colocación de cremas de manera local y la puesta en marcha de ciertos cambios en la dieta”, agregó el especialista.

“El resultado del procedimiento con láser es muy bueno. La diferencia es que, ubicando las ramas terminales de la arteria hemorroidal con el doppler vascular, se pueden sellar los puentes que nutren a los paquetes hemorroidales. En hemorroides voluminosas se puede usar el láser en forma endovascular, obteniendo la reducción de las mismas”, consignó Wainstein.

Uno de los equipos láser más utilizados es el HeLP TM (Haemorrhoid Laser Procedure), de Biolitec que posee una longitud de onda de 980 nm para el tratamiento ambulatorio de las hemorroides tipo II y III seleccionadas. A diferencia de otros equipos, es menos invasivo y de más sencilla aplicación: el láser cierra la lesión sin suturas ni puntos internos.

La energía láser permite la fotocoagulación que produce la retracción de las hemorroides y previene el prolapso a través del canal anal.

“Es un procedimiento seguro y efectivo, con riesgo mínimo y recuperación rápida”, aseveró el especialista, quien recordó que ante la aparición de síntomas como dolor al defecar, sangre en las heces y prurito anal, conviene consultar con un proctólogo.

Entre los síntomas también se cuentan el dolor anal al estar sentado (es decir no sólo al defecar), la aparición de sangre en el inodoro o el papel higiénico, y la visualización de una o más protuberancias duras en la zona anal.

SOBRE LAS HEMORROIDES. Las hemorroides son estructuras anatómicas normales (almohadillas vasculares) ubicadas en el canal anal, que intervienen en la continencia “fina” asegurando el cierre perfecto del ano.

La enfermedad hemorroidal surge cuando estos tejidos y la mucosa ano-rectal se dilatan, inflaman o desplazan (prolapso) hacia afuera del canal anal. Ello ocurre por lo general tras esfuerzos por evacuar, aunque también influyen otros factores como una dieta baja en fibras, el embarazo, el estreñimiento crónico, el sobrepeso, la diarrea, el envejecimiento y los antecedentes familiares de enfermedad hemorroidal.

Por su parte, entre las medidas que ayudan a prevenir su aparición se cuentan la realización de ejercicio por lo menos 3 veces por semana durante media hora, evitar el sobrepeso, no permanecer demasiado tiempo sentado o de pie, e incorporar el consumo de fibras (cereales, vegetales y otros).

Fuente: ProSalud News).