Religión y Cosmovisión del pueblo Guaraní
La característica que especifica la psicología y la teología guaraní es la experiencia religiosa de la palabra. La cultura guaraní es por esencia una cultura de la oralidad, muy rica en mitos, leyendas, cantos, donde la palabra adquiere un poder tan grande, que se habla de la palabra alma (Ñe´e). Este don sin embargo, es privilegio solo de los Ñee-iya- dueño de la palabra- y el Arakua´-iya- dueño del conocimiento-, y de los Payes (chamares) que son excelentes oradores, portadores y transmisores de la cultura. La religión chiriguana, a decir de Albo (1998), apenas tiene ritos elaborados, es de contacto directo con el mundo sobrenatural a través de la palabra.
Los Payes, según la tradición, tiene el poder para curar, predecir, embrujar, descubrir el nombre de los recién nacidos, son mediadores entre los espíritus y el resto del pueblo, y personajes temidos y respetados en la comunidad.
Los guaraníes consideran el sueño como un medio privilegiado de premonición y transmisión de información. Dicen por ejemplo que es la palabra soñada, la que comunicada a la mujer, toma asiento en ella y comienza la concepción del nuevo ser humano. Quien sueña sabe, por eso los Payes cultivan el soñar como una de las importantes fuentes de su saber y de su poder. Los Payes son los representantes del bien, conocedores de la naturaleza y el cosmos, tienen el poder de adivinar y de conjurar los maleficios del Mbaekuaa, – sembrador del mal-, el que causa las enfermedades. Los Payes son los médicos tradicionales y existen en todas las comunidades.
Para los guaraníes todo el bosque (Kaa – en guaraní) tiene vida propia, los árboles, las piedras, los animales. En el monte se encuentran los seres superiores llamados IYAS que significa dueños, es así que existen dueños de los ríos, quebradas, bosques, campos de cultivo, caminos y animales. El dueño protege a los animales y castiga al cazador, que asegurada ya su subsistencia, mata por simple maldad. Cada especie tiene su dueño, su Iya y los hombres que mueren por las represalias del Iya, en castigo se transformarán en otros Iyas y estarán a cargo de proteger la especie que depredaron.
Fuente: libro “Pueblos y Plantas de Chuquisaca Estado del Conocimiento de los Pueblos, la flora, uso y conservación”, editores: Alain Carretero M., Martha Serrano P., Finn Borchsenius, Henrik Balslev, texto transcrito de la sección 2: Los Ava Guraranìes, escrito por Patricia Corral.
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