Medicina Tradicional Boliviana Vigente en Descendencia de Médicos/as Tradicionales
La medicina tradicional está inmersa en el conocimiento de las nuevas generaciones, en la vivencia de los descendientes directos de médicos/as tradicionales, pervive en la cotidianidad de los niños y jóvenes.Pitágoras, es un claro ejemplo de ello, huacareteño de nacimiento, descendiente del médico tradicional Juan Escudero, desde niño sigue los pasos de su padre para dedicar su vida a la sanación de los enfermos, hoy con trece años de edad adquirió mayor conocimiento y experiencia en la medicina de sus ancestros; convirtiéndose en testimonio de sostenibilidad y preservación de la medicina tradicional, pese a los desafíos y complejidades que involucra vivir en un mundo globalizado y tecnologizado.
Al relatarnos fragmentos de su vida quedamos impresionados por el cumulo de conocimientos que cobija en medicina tradicional, nos conmovió su ingenuidad y ternura, nuestra escucha se centró en cada palabra que emitía de sus labios y prestamos especial cuidado cuando nos contó su iniciación en la medicina tradicional “ yo le ayudo a curar a mi padre desde mis ocho años, aprendí viendo a mi papá como curaba, a veces yo tengo que preparar remedio cuando él está haciendo otras cosas, por ejemplo cuando él esta millurando o está curando de alguna alergia o carachas”.
Pitágoras nos dio a conocer algunas de sus recetas tradicionales “para las carachas o heridas, se cura con salmuera así lo llama mi papá, eso se lo hace con naranja agria o con limón, se muele y hace hervir con orín. Lluego, se lo hecha la hiel de vaca, después dos cajitas de fosforo y se coloca a la herida y al otro día se pierde”. Otra de sus recetas es el cataplasma en base al Tártago “el tártago es para la hinchazón, se lo hace hervir con orín y así caliente se lo envuelve a donde esta hinchado, se venda y eso lo hace deshinchar”, estos son algunos de sus tratamientos que tienen como componente principal el orín, por sus propiedades curativas.
Sus aptitudes en medicina tradicional están vinculadas al manejo de hierbas medicinales y productos naturales, sin embargo existen especialidades en medicina ancestral con mayor contenido místico que no son practicadas por Pitágoras, debido a los riesgos que conlleva “yo no lo hago a eso de llamar y hacer la limpia porque es peligroso eso dice mi papá, porque a veces la gente se sana y a él lo llega la enfermedad, lo manda al hospital, o a veces se hace curar con otro curandero “, es admirable el relacionamiento fraternal entre Pitágoras y su padre, la inmensidad del amor paternal que lo envuelve hace que su integridad este resguardada por los cuidados y la protección de su padre.
Orgulloso de su estirpe y esperanzado en su futuro, Pitágoras manifiesta su deseo de estudiar la medicina académica, para fusionarla con la medicina tradicional “cuando sea grande quiero ser médico tradicional y estudiar medicina en la universidad, estoy en primero de secundaria, y cuando sea medico pienso practicar las dos medicinas, y me voy a seguir capacitando en PRODECO”.
Analizar la vivencia de Pitágoras, provoca una serie de interrogantes y habría que preguntarse… ¿cuán ancestral es la medicina tradicional?. Y la explicación se traduce en que la medicina tradicional es inherente a nuestras vidas, forma parte de nuestro pasado, presente y futuro, no es una reliquia de museo, ni es material inerte de estudio paleontológico, o un conocimiento enclaustrado en la prehistoria, está latente en los usos y costumbres del ser humano, adherida a su saber empírico, es como su segunda piel que lo protege de las enfermedades y permite el equilibrio entre hombre y naturaleza, mientras exista una sociedad con capacidad de comunicación la conservación de la medicina tradicional es una realidad.
Fuente: prodeco
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